El ser humano ha adquirido como mecanismo de supervivencia una dependencia emocional hacia otras personas con las que mantiene un vínculo afectivo. Es un estado natural que se genera desde pequeños, primero con los padres y más adelante con aquellas personas con las que se mantienen relaciones afectivas. Por lo tanto, cierto grado de dependencia emocional a la pareja es algo natural dentro de dicho vínculo y en esa relación.
Como seres humanos, necesitamos una seguridad dentro de las relaciones de apego, lo que favorece la vinculación, la autoestima, la seguridad y la protección de los implicados en esas relaciones.
Sin embargo, puede ocurrir que se desarrollen relaciones inseguras en las primeras etapas de la vida, ya sea con los padres, los hermanos u otros miembros del núcleo familiar más directo, y eso puede dar lugar a esquemas mentales inseguros en las relaciones afectivas que provoque una dependencia emocional mayor y, cuando esta dependencia es alta, disfuncional y limitante, en vez de favorecer la relación, la dificulta. Es entonces cuando hablamos de un problema de dependencia emocional.
El primer paso para aprender a gestionar la posible dependencia emocional es saber identificar el problema y reconocerlo. Para ello, fíjate si cumples con varias de estas características:
· Te cuesta reafirmarte, hacer valer tus gustos, opiniones o necesidades. Eres excesivamente complaciente y dejas siempre de lado tu propia esencia para ser aceptado/a por tu pareja.
· Nunca te es suficiente el tiempo que pasas con tu pareja, siempre necesitas más.
· Nunca estás suficientemente tranquilo/a respecto al futuro de vuestra relación.
· Necesitas estar con tu pareja todo el tiempo posible, tanto físicamente como que esté pendiente de ti en la distancia.
· Sentir que no mereces a tu pareja, que eres menos que ella y que ha sido una suerte encontrarla, por lo que, necesitas conservarla a toda costa.
· Miedo a la ruptura, al abandono. No te acabas de creer que podáis tener esta relación tan especial y estás viéndole la fecha de caducidad más cerca a cada día que pasa.
Fíjate si tienes conductas de dependencia. Cuantas más realices y más frecuentes sean, más adicto/a te estarás haciendo a tu pareja. Es importante saber ver esas conductas para poder corregirlas. No todos los comportamientos de dependencia están aquí, pero puedes aprender a identificarlos en tu día a día.
· No contradices los gustos de tu pareja aunque no te gusten o no vayan contigo
· No expresas tus opiniones ni tomas iniciativas con tu pareja por miedo a que no le gusten o le parezcan absurdas
· No preguntas a tu pareja lo que opina de ti por miedo a que te diga algo que no te guste
· Cualquier tiempo libre que tengas es para estar en pareja
· Dejan de interesarte las actividades que haces con otras personas si es tiempo que puedes pasar con tu pareja, y si las haces, te parecen una pérdida de tiempo.
· Te alejas de tus amigos si estar con ellos significa que no esté tu pareja también
· Si tu pareja no te presta atención piensas que ya no te quiere.
· Siempre te adaptas a todo lo que quiere tu pareja, nunca discutes por nada.
· Perdonas sus errores pero no te permites perdonarte los tuyos
· No paras de pensar en temas relacionados con tu pareja
· Disimulas tu emociones negativas para no disgustarlo/a
· Perdonarías incluso la infidelidad con tal de no dejar la relación
· Renunciarías a cosas positivas para ti (trabajo, amigos, estudios) para no contrariar a tu pareja
· Si notas que tu pareja se distancia, insistes en recuperar la cercanía o si te ha dejado, insistes una y otra vez en volver, aunque te haya hecho desplantes
· A veces, te haces la víctima o exageras para conseguir que te preste más atención
· Haces cosas que no van contigo para llamar la atención de tu pareja
· No eres capaz de verle defectos o, si se los ves, los justificas delante de tu familia y amigos
Afronta el miedo a perder a tu pareja
Cuando ya has identificado las conductas que mantienen esa dependencia, debes dejar de hacerlas totalmente. No podrás evitar vivirlo como una pérdida, aunque en realidad no es así, más bien al contrario, estás aprendiendo a ser más independiente, “más tú mismo/a”, lo cual puede resultar más interesante e incluso más atractivo para tu pareja. Ser más auténtico/a contigo mismo/a, te hace más fuerte y te ayudará a ganar más confianza y seguridad.
Permítete ser más “egoísta” (asertivo). Identifica y expresa lo que necesitas.
Sí, más egoísmo en tu relación amorosa, es decir, ponte en primer lugar en la relación. Fíjate en las conductas de dependencia y lánzate a hacer justo lo contrario: Por ejemplo, si no te atrevías a tomar la iniciativa de proponer un plan que te apetezca, hazlo y argumenta tus razones, convenciéndolo/a para llevar ese plan a cabo.
Permite que haya más distancia física entre los dos
Esto te servirá para reforzar tu autonomía. Permite que haya esa distancia durante algunas horas o incluso algunos días, si es posible. De esta forma, estarás exponiéndote a uno de tus miedos, la pérdida de la relación. Pero al ver que por separaros unas horas o unos días no se acaba el amor, saldrás fortalecido/a de la experiencia y ganarás más seguridad y autonomía. Te llevará un tiempo, pero poco a poco serás capaz de ir disfrutando de otras actividades.
Pon el foco de atención en los puntos fuertes de tu vida
Enfócate en aquello que te llena en tu vida. Ya sea el trabajo, el deporte, las relaciones sociales, el arte o cualquier afición que te haga feliz. Ayudará a reforzar tu autoestima ver los logros que puedes conseguir en estas áreas por ti mismo/a, reforzando también tu propia esencia e identidad.
Escúchate, entiéndete: Trabaja en tu inteligencia emocional
Identificando tus emociones, entendiéndolas y buscar soluciones para mejorar tu vida sentimental. Aprende a expresar lo que sientes para superar tus miedos o tus limitaciones y aprender a generar emociones de serenidad para estar más a gusto contigo mismo/a y con aquellos que te rodean, en este caso, con tu pareja. Fijarte en las reacciones que las emociones que expresas causan en tu pareja, te ayudará también a modularlas e ir ganando poco a poco la seguridad y confianza que te hacen falta.
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