Las niñas y niños preadolescentes tendrán curiosidad sobre el sexo independientemente de que en sus familias se aborde con más o menos profundidad el tema. Bien es verdad, que en ocasiones esa curiosidad o interés es más explícita y evidente mientras que en otras aparece más larvada. En esto, como en todo, hay muchas posibilidades.
De todos modos, lo que los estudios parecen indicar es que la información sexual no incita la practica sexual y que los adolescentes cuyos padres hablan abiertamente sobre sobre son más responsables en cuanto a su conducta erótica. Más aun cuando la responsabilidad forma parte de esa información. Las dificultades y los problemas precisamente suelen presentarse en la situación contraria. Es decir, en quienes tienen poca información sobre el sexo, la sexualidad y la erótica, entre quienes se informan sobre todo ello a través de amigos u otras fuentes de dudosa eficacia o entre quienes no tienen ninguna información.
Por otra parte no olvidemos que niñas y niños, prácticamente de cualquier edad, están recibiendo desde muchos medios mensajes donde lo sexual tiene presencia. Quizás estos mensajes no despierten especialmente curiosidad pero sí deberían hacer conscientes a los profesionales y a las familias de la necesidad de darles información para que al menos entiendan lo que reciban. Y sobre todo para que aprendan que esas no son las únicas fuentes de información.
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