Los estabilizadores del Estado de Ánimo son los fármacos preferentes para el trastorno bipolar, si bien, como su propio nombre indica, son también útiles para los síntomas depresivos, aunque no se utilizan en depresiones unipolares porque tienen muchos efectos secundarios. Entre estos fármacos se encuentran el Carbonato de Litio y algunos Anticonvulsionantes, que son fármacos que se idearon para la epilepsia que han demostrado ser útiles también en el trastorno bipolar.
El litio es un fármaco muy económico y eficaz tanto en el tratamiento de episodios maníacos e hipomaníacos como en su prevención. Es eficaz también para los episodios depresivos del trastorno bipolar. Muestra menos eficacia, sin embargo, en los cuadros cicladores rápidos. Tiene efectos muy positivos y compatibles a largo plazo, ya que estabiliza el ánimo sin suprimir la experiencia emocional normal.
Tiene dos desventajas principales:
1. Su estrecho índice terapéutico, es decir, existe muy poco margen para encontrar la dosis necesaria en la que hay suficiente fármaco como para que tenga efecto sin superar las cantidades en las que llega a ser tóxico. Esto implica que los pacientes tengan que controlar sus niveles de litio mediante analíticas frecuentes (litemias).
2. Sus efectos secundarios, entre los que se encuentran náuseas, vómitos, diarreas, molestias intestinales, aumento de peso, pérdida de cabello, sedación, acné, temblores y alteraciones cognitivas.
Esto dificulta aún más la adherencia al tratamiento en un trastorno que por su propia clínica ya presenta este problema.
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