Existe el tópico de relacionar creatividad y locura. La mayoría de los estudios que han analizado las personalidades de los genios artísticos o científicos han encontrado porcentajes de psicopatología más elevados que en la población normal, si bien las alteraciones más graves y destructivas como las psicosis estaban ausentes entre ellos, eran frecuentes entre familiares.
Catell, en un estudio sobre la creatividad en científicos y artistas, encontró que los rasgos comunes a ambas poblaciones eran la fuerza del yo, radicalismo, esquizotimia, introversión, dominancia y autosuficiencia.
Recientemente Eysenck ha propuesto un modelo que vincula la creatividad con una de sus dimensiones: psicoticismo. Existiría una propiedad del pensamiento denominada sobreinclusión, que alude a la dificultad para poner límites a las asociaciones entre ideas, recuerdos e imágenes mentales. Los psicóticos y los individuos altos en psicoticismo poseen esta característica en mayor medida que el resto de la población. La sobreinclusión se relacionaría con una inhibición cognitiva negativa, y ésta a su vez dependería de influencias de la dopamina y serotonina en el hipocampo, con una importante base genética. Ahora bien, el que se produzca finalmente un rendimiento creativo va a depender también de otras variables como inteligencia, aspectos sociales y culturales, motivación, etc.…
Desde la teoría de los cinco grandes, el factor Apertura a la experiencia corresponde a la dimensión de creatividad de la inteligencia.
Según R.J. Sternberg (1988), las personas son creativas en virtud de una combinación de atributos de personalidad, inteligencia y estilo cognitivo. Los atributos de personalidad necesarios para la creatividad serían: tolerancia a la ambigüedad, persistencia para superar los obstáculos, ganas de crecer, saber tomar riesgos, valentía, motivación intrínseca y confianza en uno mismo.
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