La violencia verbal es una forma de maltrato que no recurre a las agresiones físicas, sino a las palabras hirientes, insultos, comentarios sarcásticos, gritos y menosprecios. Aunque no deja marcas visibles, sus consecuencias pueden ser igual de devastadores que el maltrato físico.
Aquí mencionamos algunas características clave:
1. Comunicación destructiva: se basa en agresiones verbales y descalificaciones. Puede normalizarse, minimizándose su gravedad.
2. Universalidad: cualquier persona puede ejercerla o ser víctima, independientemente de su edad o género.
3. Acompañada de violencia física: en ocasiones la violencia verbal escalona hacia agresiones físicas.
4. Impacto psicológico: disminuye la autoestima y afecta a la salud mental.
5. Contexto relevante: el tono, los gestos y momentos influyen en su intensidad.
Nunca debemos tolerar ni normalizar la violencia verbal. Reconocerla es el primer paso para detenerla y preservar nuestra dignidad.
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